La Nueva Ola, la generación más importante de la música chilena

En Radio Recuerdos celebramos las fiestas patrias recordando a los grandes artistas chilenos de la década de los 60’, que con sus éxitos han traspasado generaciones y que hasta nuestros días son homenajeados por fanáticos y bandas emergentes.

Hablamos de la Nueva Ola que aparece en el país como una pequeña revuelta musical directamente vinculada al fenómeno juvenil detonado unos años atrás en Estados Unidos por Elvis Presley, bajo el poderoso alero de la radio y televisión nacional. Junto con ello, es mucho más determinante la figura de Pat Boone como teen idol que influyen en la juventud y surgen de pronto decenas de adolescentes cantantes que muestran gran entusiasmo y poca preparación que luego dieron paso a la profesionalización y escritura de sus propias letras.

Peter Rock                                       

Alrededor de 30 cantantes y bandas integraron este movimiento, pero uno de los principales que fue el precursor de este grupo fue el ya fallecido Peter Rock, que a sus 14 años se presentó en tres radios importantes para visibilizar lo que se vendría en la siguiente década. Al año siguiente grabó un cover del “Rey del rock” llamado “Baby, I don’t care” y que según los expertos musicales, fue el punto de partida para otros artistas chilenos.

                 

Desde el año 1960 en adelante lo siguieron artistas como: Gloria Benavides, Buddy Richard, Cecilia, Luis Dimas, Luz Eliana y que en esta ocasión revisaremos parte de su vida musical.

Gloria Benavides

La gran Gloria Benavides con tan solo 13 años grabaría la canción que la terminaría catapultando a la fama nacional. «La gotita», fue una composición del destacado locutor Francisco «Gabito» Hernández, que logró rápidamente llegar al número 1 de los rankings radiales del momento. Más adelante, canciones como «Pequeño Amorcito» o «Prima o Poi» aumentarían aún más su popularidad entre la juventud de la época.

A finales de la década de los 60’ llegaría quizá su mejor momento. Los hits «Balapapa» y «Patati Patata» sonaban fuerte en la radio, manteniéndola en la primera fila de la escena musical del país lo que continuó partir de 1970, pese a que sus canciones cambiarían de enfoque, concentrándose ahora en canciones dedicadas al amor juvenil. Scottie Scott -destacada compositora nacional- sería su principal sostén creativo. Así también fue  con los hits «Porque no fui yo tu primer amor» «Princesita de luna» -de los compositores J.C Gil y Carlos Alegría- «Los enamorados de siempre» y «Muchacho malo» la posicionaban como la artista femenina más exitosa del momento, e invitada habitual en la ya consolidada televisión chilena.

Buddy Richard

Buddy Richard es uno de los pocos solistas chilenos adscritos al movimiento de la Nueva Ola que logró trascender con un repertorio propio y un estilo de marca personal que mezcla balada romántica y rock orquestal. Autor de composiciones que han cruzado las fronteras del país con títulos como «Mentira», «Tu cariño se me va» o «Despídete con un beso», han sido recreadas por músicos de generaciones posteriores a la suya. El cantante es uno de los valores más admirados de la escena local, cuya actividad marcó un cierre en 2008 con una gira de despedida y su anuncio de retiro, aunque se ha mantenido con apariciones esporádicas en vivo.

 

Cecilia

Cecilia Pantoja «La Incomparable», es uno de los íconos más populares de este movimiento y representa uno de los fenómenos más atípicos y sorprendentes de la música popular chilena.

Aunque irrumpe como solista en pleno fulgor de la Nueva Ola, alzándose hacia mediados de los años 60’ como la mayor estrella juvenil de la época, su estilo y repertorio no responden a cabalidad al molde de la época. Mientras que los pares de su generación se limitaban a doblar las canciones de éxito en Estados Unidos o, cuanto más, a proponer un nuevo pop ligero y elemental, Cecilia adquirió personalidad propia con un catálogo diverso de canciones que en gran parte bebían de la tradición musical latina y europea.

 

Bolero, tango italiano, mambo, chachachá y rock n’ roll fueron algunos de los estilos con que fue construyendo una identidad musical que no tuvo parangón ni descendencia como lo constató a tiempo su productor musical y por entonces director artístico del sello Odeón, Rubén Nouzeilles. No es posible explicar el fenómeno de Cecilia sin atender a la influencia que ejerció en ella. Las grabaciones de Cecilia que llevan la firma de su productor, fueron en definitiva las más trascendentes de su carrera, y se caracterizaron por ricas orquestaciones que arreglaron directores de Odeón, como Luis Barragán y Valentín Trujillo.

Cecilia fue única entre los músicos de su generación, de ahí el nombre de su segundo long play solista, La incomparable (1965), título que en adelante institucionalizó el nombre artístico con que se haría conocida entre las masas.

Tal como ocurrió en otras latitudes con Elvis Presley o Sandro, la juventud chilena de la época tuvo al frente una modelo que era capaz de transgredir las convenciones y costumbres conocidas en la música hasta ese entonces.

Una prueba de ello está en su participación de 1965 en el Festival de la Canción de Viña del Mar que presentó la canción «Como una ola», de la chilena María Angélica Ramírez. Luego de su actuación, la cantante se trenzó en una aguda polémica con las autoridades edilicias de la época, al contravenir la recomendación de no interpretar su característico beso de taquito, gesto escénico inspirado en la técnica futbolística y considerado por ese entonces “inapropiado para ser ejecutado por una señorita como ella”.

A esta trasgresión se le sumó una nueva polémica: pese a ganar la competencia, su actuación final se realizó entre abucheos de un sector del público que reprobó la decisión del jurado. Lejos de amilanarse, la cantante de Tomé respondió con muecas, gestos burlones y uno que otro beso de taquito.

Luis Dimas

Conocido como el «Rey del Twist», Luis Dimas, es otro gran ícono de la Nueva Ola. Ingresó al grupo Los Lyons en el año 1960 y adoptó el repertorio y baile de Chubby Checker, que en esa época causaba furor en Chile.

 

Ya en 1961 el nombre de Luis Misle Troncoso -su nombre verdadero- había acabado, para dar paso a Luis Dimas, una estrella que hasta el día de hoy vive en el inconsciente colectivo de millones de chilenos.

Como todos los artistas de la época, realizó grabaciones en inglés, introduciendo en Chile el ritmo del twist, por lo que sus primeros éxitos son «The Twist» y «Let’s Twist Again». Ya en 1963 se decide a grabar temas en castellano y de comenzando a escribir sus propias canciones: «Penas juveniles» ; «Señorita Desconocida» y «Muñequita» se convierten en verdaderos éxitos. Ese mismo año arrasa con todos los premios.

Le seguirían «Caprichito», «Me recordarás», «Sueña». En los años siguientes le llueven los éxitos, los premios, las giras y las ediciones en toda América. En 1964 se publican «Mi secreto», «Leyla», «Rosita», «No te comparto», «Mi chaqueta blanca» y «Chica más linda del colegio».

Falleció el año 2021 a sus 78 años a causa de una falla multiorgánica.

 

Luz Eliana

Luz Eliana, la estrella juvenil indiscutida de la Nueva Ola, pero su voz fue duradera incluso más allá del auge de ese movimiento. Participó de la época de gloria de la radiodifusión chilena asociada al fomento de la industria, y logró combinar el impacto popular de sus grabaciones con su interés por el jazz y la música negra, gospel y soul. Ganadora del Festival de Viña de 1968, su difusión se apoyó primero en radios y revistas, y más tarde en televisión.

Comenzó su carrera musical en 1961, cantando en el programa Calducho de la Radio Portales de Valparaíso.

Durante sus primeros años como cantante, se presentó junto con la orquesta de Roberto Inglez. En 1962, viajó a Santiago con el productor para realizar sus primeras grabaciones.​

La cantante se caracterizó por adaptar éxitos internacionales como «Aunque sé», «En mi mundo», «No soy tuya» o «Muriendo de amor».

(Algunos textos son extraídos del sitio web músicapopular.cl)